Hacer un cambio de resortes en el momento preciso es el mejor modo de evitar accidentes y garantizar la satisfacción en las reparaciones de la suspensión. Muchas veces, ese cambio puede representar un significativo ahorro en la economía del propietario del vehículo.
En principio, los resortes deben ser sustituidos cada dos cambios de amortiguadores, aunque ese período puede variar de acuerdo con las condiciones a las que fue sometido el vehículo. Si fue utilizado con regularidad en terrenos accidentados o para transporte continuo de cargas, el control deberá realizarse con mayor frecuencia.
Contando con los resortes en buen estado, los amortiguadores trabajan mejor, provocando una mejor adherencia de los neumáticos al piso, proporcionando mayor seguridad al conducir. Los neumáticos recibe un desgaste menor y las ruedas se mantienen alineadas por más tiempo. Por otro lado, el cambio de resortes se realiza por medio de un paso sencillo y seguro utilizando las herramientas adecuadas.
Es importante comprobar que el resorte a sustituir sea el especificado para el vehículo y que el cambio se haga de a pares para no provocar desequilibrios.
Siempre deben ser tenidas en cuanto alteraciones a las que el vehículo ha sido sometido, como la colocación de accesorios que modifiquen su peso (aire acondicionado, dirección hidráulica, carga. G.N.C., cambios de motor de naftero a diesel, etc.), ya que para estos casos se justifica el uso de resortes especiales.
Finalmente, como ocurre en la reparaciones de suspensión, se debe verificar el alineamiento normal proporciona indicios seguros sobre el estado de los resortes.